¡El cacao es realmente increíble! Y pensar que el chocolate era la forma más improbable de utilizarlo. En realidad, hoy en día es la única forma en que se utiliza, si exceptuamos las aplicaciones esporádicas y ocasionales de algunos pioneros.
Se utiliza a menudo en la cocina, ¡pero el chocolate más adecuado es el que se añade a un plato! Y, en mi opinión, ¡es una aberración! El chocolate industrial no nació para la cocina. ¡Hay ingredientes y sabores que no tienen nada que ver con los platos en los que algún fenómeno pone chocolate!
Fenómeno, como a menudo en la cocina, ¡algunos creen impresionar con efectos especiales! Perdemos el sentido común. Sorprender a toda costa ¡Mi abuela me asombraba con una comida perfecta! ¡Curado! No en vano, hoy en día vemos escenas increíbles en las que se utilizan efectos especiales como humo sobre la mesa o vídeos proyectados sobre platos. Todas cosas bonitas, pero que no tienen nada que ver con el placer del protagonista indiscutible de la mesa, ¡la Comida!
Para mí, el cacao no es un reto para sorprender, sino más bien un viaje de maridaje entre una especia anómala y aromática y una grasa noble. ¡Una grasa que potencia ciertos aspectos nutricionales o incluso aumenta el grado nutracéutico del propio plato! Piense en el aspecto reductor del colesterol que ejerce en embutidos o quesos.
El uso del cacao como potenciador del sabor fuertemente característico es increíble en panes, grisines, bollos, en fin, en todos aquellos alimentos que se realzan con estas peculiaridades. El contenido en fibra del cacao también tiene un importante efecto de mejora del tracto gastrointestinal.
La manteca de cacao es extraordinaria para freír, añada 50& de Aceite de Oliva Virgen Extra y ¡tendrá la mezcla perfecta para una fritura extraordinaria! Su punto de humo más alto que el de los aceites habituales reduce la toxicidad de los alimentos fritos. ¡Ni el sabor del aceite EVO da fragancia aromática ni el esteárico de la manteca de cacao da fragancia a los alimentos fritos!
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