Este año, el 31 de diciembre será divertido y delicioso ¡con un baño de chocolate!
¡Un año más, tras los grandes éxitos de años anteriores, la Cioccolocanda ofrece la Nochevieja Cioccolatosa!
La Cioccolocanda es una sencilla estructura CioccoAlberghiera instalada en la empresa chocolatera de Silvio Bessone. Es precisamente este detalle el que hace que la especialidad sea apreciada por quienes no buscan el lujo fastuoso, sino la sencillez golosa.
La Cioccolocanda es una sencilla ** estructura artística dedicada al chocolate,
no recomendado para snobs, radicales-shic e indiferentes al chocolate.
Este es el eslogan que siempre pongo en cada una de mis promociones para evitar que alguien piense que es un ¡5 estrellas!
Cada semana organizamos estancias realmente originales con menús temáticos “Contaminación por cacao y Mi historia” Dos experiencias únicas que probar.
Sin embargo, el 31 de diciembre se trata de dejar atrás un año con sus momentos bonitos, pero sobre todo feos, y no hay mejor manera que hacerlo en Dulzura, preludio de un año dulce y lleno de satisfacciones.
¡Un rico menú! Con platos tradicionales piamonteses “Contaminados de cacao” Donde la tradición deja espacio a la transgresión, ¡pero siempre con respeto por lo bueno y lo sano!
En la mesa brindaremos con los mejores vinos locales, pero también habrá e incluidas en el precio ¡importantes burbujas francesas! Un magnífico Vouve Clicot con salami casero y jamón serrano de 4 años, quesos autóctonos flanqueados por el paladar más exigente.
Después de disfrutar y brindar por el Año Nuevo, ¡habrá! El GRAN Cimento de Chocolate¡! Se instalará una bañera fina y llena en un unpodium dentro del comedor, y todos los comensales que lo deseen, equipados con un bañador y provistos de un CioccoAccappatoio, podrán sumergirse durante 5 minutos en la bañera, que se rellenará constantemente con chocolate humeante, espeso y satisfactorio para el cuerpo y los ojos de los demás participantes. ¡Una experiencia ÚNICA! Merece la pena probarlo.
Después del Cimento del Cioccolato y al son de la música del momento, habrá humeantes penne all’arrabbiata esperándote a las 3-4 de la madrugada y todos juntos como una gran familia, rompiendo moldes compartiremos un momento mágico de puro disfrute para paladar y espíritu.
Podrán participar un máximo de 50 personas y todos tendrán la oportunidad de dormir en la Cioccolocanda o en el Hotel Portici, una estructura de *** situada a cien metros de la Cioccolocanda.
La noche del 31 de diciembre hay que dar el pistoletazo de salida al año viejo, dejar atrás los buenos momentos pasados y los malos afrontados. Desde hace cinco años, el formato está probado, y quedarse a dormir después de una noche de alegría, libertad y una pizca de locura es mejor que dejar el coche en el aparcamiento y esperar a que las luces del Año Nuevo serenen. Sin correr el riesgo de tener malas experiencias y poner en peligro su salud o su carné de conducir. El 1 de enero no le esperará el desayuno habitual de tostadas y leche, sino un Brunch pantagruélico, en el que habrá desde capuchino hasta lasaña al horno, pasando por crema de caramelo y pata de formo. ¡Cada detalle es rico! Disfrutable y, sobre todo, sin límites.
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